Aire Seré se propone como una reflexión visual sobre lo efímero, la impermanencia y la transformación constante de la percepción.
Cada pieza, con su transición de color, se convierte en un fragmento de tiempo suspendido: momentos que no pueden retenerse, apenas recordarse. Los matices cambian como cambian los recuerdos —difusos, mutables, filtrados por la emoción y el tiempo. Lo que alguna vez fue claro puede volverse turbio; lo que parecía oscuro, adquirir nuevos brillos. Una contemplación lenta como una respiración visual que se disuelve entre límites borrosos, como lo hace la memoria. A través de esta serie, se explora la poética del instante: la fragilidad de lo vivido, la belleza de lo que ya no es, y la certeza de que todo, como el cielo, está en perpetua transformación.
Aire Seré no afirma ni retiene; sugiere. Es una presencia leve, como un suspiro, que nombra lo intangible: la forma en que el tiempo nos atraviesa y se desvanece, dejando sólo el eco de una luz que ya cambió